.jpg)
Ámame sólo ahora
enmaráñate en mis manos
como si te perdieras en una larga feria.
Escóndete en mi pecho,
déjame besar tus pies claros,
pero sólo búscame, ¡Entrégate!
Encuentra mi corazón
como si su sangre fuese de oro
y dale a puro planeta una lentitud de giro,
para que tenga màs tiempo de lacerar
toda tu hectaria.
¡Oh mi boca de necedosos trayectores!
Indágame, desnúdate, quiéreme
que se abre el vocífero del agua carnícera,
¡Ya no hay más tiempo!
(BENJAMÍN LORCA)