CAÍA ELLA

Caía ella
como un helado clima conmovido
que hacía borrar hasta las columnas
del rosado cuerpo de un cirro.

Como si no la alcanzara,
ni a su roce dibujado de media luna
que emana del origen de la manzana
¡Su sonrisa parva!

Caía en un espacio de inmenso rocío
donde se mojaba hasta su alma
¡ Oh dolorosa de río doloroso!
Que en el movimiento de esa fuerza
se perdía su mirada.

Caía en un pleno aire de plaza,
pero de donde el sol se arrancaba
como huyendo del derrumbe de una
mina.

¡Oh casi congelada , mimosa!
Sin amor, sin nada,
dejando sus últimos nutrientes
en el frío campo de nostalgia.

¡Qué no se vaya esa enamorada!

Que se caen también del campo las
criaturas, los nidos de sus ramas.

¡Qué no se vaya!

(BENJAMÍN LORCA)

Instancia

Cuando el silencio me deprime
como el sol cuando cae en el mar lúbrico,
me doy cuenta de cómo duele una risa en mi oído.
Es ver pasar a dos enamorados felices,
las calles de muchedumbre
se me vuelven desiertas.
Un tren conmovido cae a mi alma oscura
que es un túnel frío un tanto húmedo,

!Ya basta de ver abrazos en las plazas!

!Manos tomadas!

El dolor se me acumula como agua,
pero la energía de su voz
la veo levantarse como ola.
Y me duelen sus ágiles peces,
lo azul de su sustancia,
por cada paso herido que camino
mis pies discurren sal del suelo acongojado.

(BENJAMÍN LORCA)

Dolorosa Trivialidad.

Ya no es que me duela
sólo es que me duele.
Un clima frío me quiebra lento,
como se quiebran ,a veces,
las manchas en el cielo.
Un silencio me aprieta el cuello,
la garganta, como un cinturón
a una función exigida.




Un dolor me aturde el alma,
mi corazón blanco,
como una flecha férvida.
Ya no me queda alimento,
ya no me queda habla.
Siento que soy el aire suspendido
y una Diana del centro cósmico
con volumen de gran extenso filo
me corta la mirada.
Se me hace sombría la materia,
sólo me quedan sus colores.





(BENJAMÍN LORCA)

LLAMADO DE LA PLENA PRIMAVERA

De tu alma de platino, se construye una sierra.

Es como un apacible lienzo de donde se acuesta un beso,

como la fértil tierra de donde emanan los cereales.

Pero pronto su franja se quiebra y se levanta el relieve,

los bellos agrestes, la punta mortecina y ya te renace el sol estrafalario,

la mano del rocío,las hojas pasmosas en entrega.

Como si todo tu territorio se fuera a cubrir de pronto,

"con el llamado de la plena primavera"

(BENJAMÍN LORCA)