sábado, 29 de noviembre de 2008

A UNA CONSTELACIÓN



¿Qué fue lo que dijo el cielo
cuando tus hombros dormían?
¿Qué ciruelo fue digno de tu sangre
mientras la primavera, ingenua, se iba?
Puede ser que seas
lo que el nubarrón anticipa,
pero el secreto de la noche
lo acaban las Marías.
No hay más esperanza
que lo que la cigarra diga,
en cuanto el niño venga
con sus sueño de ternura,
caerá la dicha a tu alma
y tu pena se irá,
atado a una lira.


(BENJAMÍN LORCA)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre hay alguien que nos puede salvar de nuestra pena y sufrimiento, podemos ir a buscarlo o no tener más remedio que esperar a que venga, depende de nuestra situación.

Nadie debería ser digno de nuestra sangre porque no debería ser derramada.

Cynthia dijo...

Esperanzas.. deseos.. siempre, no perderlas.. se puede renacer.. con lo maás simple y sensillo.. sentirnos vivos..

muchos besos.. cariños.. :)

TORO SALVAJE dijo...

Es precioso. Parece un sueño.

Saludos.